TSJCyL confirma cinco años prisión por tentativa de homicidio intencionado

13/08/2025

El TSJ de Castilla y León confirma cinco años de cárcel por un atropello intencionado considerado tentativa de homicidio

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha ratificado la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Valladolid que impone cinco años de prisión a un conductor por un delito de homicidio en grado de tentativa. La Sala concluye que el acusado actuó con intención de acabar con la vida de otro hombre a quien atropelló deliberadamente tras una discusión de tráfico.

El origen del conflicto

Los hechos, declarados probados, se produjeron cuando la víctima circulaba muy despacio buscando un aparcamiento. El acusado, que conducía detrás, le seguía a escasa distancia. Tras encontrar un hueco, el perjudicado intentó estacionar, pero el procesado bloqueó la maniobra situando su vehículo de forma estratégica. Posteriormente, y tras un intercambio verbal entre ambos, el acusado dio marcha atrás a gran velocidad, embistiendo directamente contra la víctima, que se encontraba de pie en la calzada. El impacto lo proyectó contra otro coche estacionado.

Lesiones graves y riesgo de muerte

El informe médico-forense confirmó que el atropello provocó politraumatismo, un traumatismo craneoencefálico con hemorragia subaracnoidea y varias fracturas. Según la sentencia, la violencia del impacto y las lesiones sufridas revelan un riesgo real y efectivo para la vida, lo que justifica la calificación penal como tentativa de homicidio y no como simples lesiones.

Fundamentos de la decisión

El TSJCyL subraya que la condena se apoya en pruebas documentales, múltiples testimonios y la pericial del médico forense. La Sala considera que existen “no sólo datos directos” que vinculan al acusado con el atropello, sino también “importantes indicios” que descartan cualquier otra explicación razonable.

La clave jurídica reside en el elemento subjetivo: el tribunal concluye que el acusado actuó con dolo directo, es decir, con la intención de provocar la muerte de la víctima, aunque esta no se produjera por circunstancias ajenas a su voluntad.